Bochornos, insomnio, resequedad extrema de la piel… Los síntomas de la menopausia afectan el bienestar físico y emocional de muchas mujeres. Es una etapa que marca un periodo de continuos cambios, tanto en el cuerpo como a nivel emocional.
Alrededor de los 40 años, los ovarios comienzan a reducir la producción de estrógeno y progesterona, hormonas que no solo regulan el ciclo menstrual, sino que también afectan el peso, el tejido mamario y la elasticidad de la piel. “Es la puerta de entrada al último tercio de la vida de una mujer, un periodo de transformación. Sin embargo hay muchas mujeres que no saben cómo abordar estos cambios”, dice Susan Campbell, fundadora de Phosis, una línea de cuidado de la piel limpia y rejuvenecedora, diseñada especialmente para mujeres en la perimenopausia y menopausia.
Afortunadamente, cada vez hay más recursos para contrarrestar estos efectos, especialmente en la piel, donde la pérdida de colágeno y elasticidad puede revertirse con los cuidados, productos y procedimientos adecuados, devolviéndole luminosidad y vitalidad en esta etapa de cambio.
Los efectos en el organismo y en la piel
La menopausia marca el fin del ciclo menstrual y la capacidad reproductiva, diagnosticada tras 12 meses sin periodo. “Es importante entender los cambios en tu cuerpo durante la perimenopausia. Reconocer los signos tempranos es crucial para una gestión y apoyo oportunos”, asegura la ginecóloga de Nueva York, Molly McBride, sobre esta etapa que incluye síntomas físicos como sudoración, palpitaciones y alteraciones del sueño; psicológicos como ansiedad, tristeza e irritabilidad; y urogenitales como sequedad vaginal y cambios en el deseo sexual.
Los efectos en la piel pueden ser igual de devastadores. Con la edad y la disminución de estrógenos, los procesos de renovación celular se ralentizan, la epidermis se vuelve más fina, la producción de lípidos disminuye y la microcirculación sanguínea, así como la oxigenación de los tejidos, se desaceleran. Todo esto resulta en deshidratación, falta de elasticidad y flacidez cutánea. Sin embargo, resignarse no es una opción. “Hoy en día, la medicina estética es muy proactiva en la prevención. Estamos implementando tratamientos para prevenir arrugas e hidratar la piel a cierta edad, de modo que podamos estar mejor preparadas cuando llegue ese cambio hormonal”, asegura la dermatóloga y cirujana cosmética de Miami, Bertha Baum.
En los últimos 30 años, han habido grandes avances en la medicina antiedad. “Ahora, los 60 son los nuevos 50, y los 50, los nuevos 40. Las mujeres envejecen mejor, se sienten más saludables y quieren que su rostro refleje esa juventud interna. Nos cuidamos mejor y queremos vernos como nos sentimos”, dice la cirujana plástica de Nueva York, Dara Liotta, especialista en rinoplastia. La popularidad de estos procedimientos es evidente si miramos las estadísticas más recientes. Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, el número de cirugías en el 2023 aumentó en un 5 % mientras que los procedimientos mínimamente invasivos en un 7 % en comparación con 2022.
Los tratamientos no quirúrgicos más efectivos
“Todo lo que es preventivo e hidratante es beneficioso para la piel en la menopausia”, asegura Baum. Según ella, la cosmética ofrece una variedad de tratamientos formulados con potentes activos hidratantes de última generación que pueden ayudar a abordar los signos del envejecimiento y mejorar la apariencia de la piel. Entre sus tratamientos favoritos se encuentran el Hydrafacial, que utiliza tecnología de succión para eliminar impurezas y proporcionar serums hidratantes y antioxidantes; el peeling PRX-T33, un tratamiento innovador que se aplica mediante masaje y ofrece resultados inmediatos al estimular la dermis sin dañar la epidermis; y Skinvive, el único inyectable de microgotas de ácido hialurónico aprobado por la FDA que aumenta la hidratación y proporciona un brillo duradero.
El sistema de microagujas Aqua Gold, que permite introducir soluciones personalizadas en la piel de cada paciente, es otro tratamiento al que Baum recurre en su consultorio. “Para las mujeres que están pasando por la perimenopausia o la menopausia, utilizo ácido hialurónico para hidratar, vitamina C como antioxidante y, si tienen manchas, ácido tranexámico”, señala la experta. “Si presentan poros dilatados o enrojecimiento, aplico bótox en microdosis, no para el músculo, sino para mejorar la apariencia de la piel”. Por último, las cremas o geles faciales de estrógeno tópico pueden ayudar a reponer los niveles hormonales en la piel y reducir los efectos de los niveles bajos de estrógeno.
En cuanto a otros procedimientos que también ofrecen resultados rápidos y efectivos sin necesidad de recuperación, el cirujano plástico y reconstructivo de Puerto Rico, Rafael A. Couto, destaca la tecnología MOXI y BBL de Sciton. “El MOXI es un láser no ablativo que rejuvenece y mejora la textura de la piel, mientras que el BBL es un tratamiento de fototerapia que trata manchas causadas por la edad, el sol, la rosácea y vascularidades”, asegura el experto. «Estas intervenciones las ofrecemos tanto a la población joven, para retrasar los cambios de la edad y hormonales, como a la población mayor, para reducir estos efectos”.
Cirugías rejuvenecedoras que pueden marcar la diferencia
Si bien el número de cirugías en los últimos años ha aumentado, los objetivos de las mujeres en cuanto a cómo quieren lucir va cambiando. “Mis pacientes quieren resultados naturales y discretos. Quieren verse descansados o rejuvenecidos”, asegura el Dr. Harry Salinas, cirujano plástico y reconstructivo, formado en Harvard. “Es una tendencia más generalizada. Hoy en día, por ejemplo, las mujeres no quieren lucir senos demasiado grandes. No quieren lucir operadas”. Según Couto, los pacientes hoy valoran más la forma que el tamaño. “Buscan un implante que les optimice el polo superior del seno y les brinde una forma y tamaño proporcional a su cuerpo”, dice el cirujano. «El propósito principal es brindarles un tratamiento que cree una mejor versión de ellas, no una versión distinta”.
Este enfoque natural también cobra importancia en los estiramientos faciales, la intervención quirúrgica más común en las mujeres menopáusicas. “Cuando uno va envejeciendo, todos los tejidos se ven afectados, desde la piel, la grasa, hasta la estructura ósea del rostro. La cara se ve cuadrada y no como en la juventud”, señala Salinas, que también es jefe de reconstrucción mamaria del Baptist Health Miami Cancer Institute. Según él, cuando las mujeres son más jovenes, esos cambios se pueden disimular con tratamientos cutáneos. Ciertos hábitos de estilo de vida pueden, a su vez, empeorar o mejorar el proceso. «Cuando los cambios son tales que no los puedes mejorar con rellenos o tratamientos, la única solución es una intervención quirúrgica. En esta fase, la mayoría de los pacientes que se hacen la cara tienen exceso de piel en los párpados (blefaropastia) y se hace todo en conjunto para rejuvenecerla dependiendo de lo que haga falta”, dice el experto. “En los últimos años ha habido está idea que los rellenos levantan el tejido de la cara y la realidad es que ese no es el caso. Yo siempre le recuerdo a la gente que, si los fillers levantaran el tejido de la cara, los llamarían «lifters», no fillers porque las compañías venderían mucho más producto con ese nombre”.
Las cirugías para reducir el tamaño de los senos, así como la extracción de implantes y la mastopexia (levantamiento de mamas), también son muy populares en este segmento. “Cuando las mujeres entran en la menopausia, los senos tienden a crecer con el tiempo, ya que los cambios hormonales provocan un mayor depósito de grasa”, explica Salinas. “Los implantes son grandes, pesan. Las mujeres no quieren lidiar con hacer una operación más en el futuro”. Otras áreas del cuerpo, como la nariz, se ven afectadas. Las estructuras cartilaginosas se reblandecen y la punta de la nariz se ensancha y pierde apoyo, lo que hace que parezca más larga. “Las mujeres sienten que lucen más mayores y que su nariz ya no complementa su rostro. Yo las llamo mis ‘pacientes de lifting nasal‘. No quieren lucir diferentes, solo más frescas, más jóvenes”, dice Liotta.
Un buen estilo de vida es clave
Más allá de los cambios estéticos a los que uno pueda recurrir, llevar un estilo saludable es indiscutiblemente la mejor manera de hacerle frente a la menopausia. “Veo la salud desde los siguientes pilares: sueño, movimiento y nutrición. Para sentirte lo mejor posible y tener una piel fuerte y radiante, debes prestar atención a cada uno de ellos”, anota Campbell. Para McBride es esencial considerar aspectos clave de la salud. “Tu cuerpo necesita más proteínas y menos grasas y carbohidratos. El entrenamiento de fuerza se vuelve más importante que el ejercicio cardiovascular. Practicar buenos hábitos de sueño es fundamental”. Además, es importante reducir el tabaco y el alcohol, e hidratarse bien. Por último, la terapia hormonal, personalizada y prescrita por un médico, ofrece múltiples beneficios, desde mejorar la calidad de vida hasta reducir el riesgo de enfermedades crónicas. “La menopausia puede transformar tu vida para bien. Puede ser un momento de mayor crecimiento personal y libertad”, asegura McBride. “Tienes el poder de hacer de la menopausia una etapa de transformación positiva y una de mejor calidad de vida”.