De niña, observaba a mi mamá todas las noches mientras se lavaba el rostro y se aplicaba sus cremas. Ella disfrutaba de un cutis terso y envidiable. Como yo, seguro también viste rituales como éste de tu mamá o abuelitas. Hoy ese ritual con tratamientos que trabajan mientras duermo se ha convertido en una forma perfecta de cerrar el día y relajarme al mismo tiempo.
Es posible también que hayas escuchado la frase en inglés «beauty sleep». La bella durmiente que llevo dentro sabe que esas horas de descanso son clave para despertar con una piel renovada y luminosa. De ahí la razón verdadera de tener una rutina de skincare para antes de ir a dormir con la que te comprometas de verdad.
«Durante la noche, la piel entra en un proceso de regeneración y reparación celular. El flujo sanguíneo aumenta, lo que favorece la producción de colágeno y la reparación del daño causado por factores externos como la radiación UV y la contaminación. Además, la barrera cutánea se vuelve más permeable, lo que facilita una mejor absorción de los ingredientes activos de los productos aplicados. Por eso, una rutina de cuidado nocturno es clave para maximizar la hidratación, nutrir la piel y combatir el envejecimiento», afirma la Dra. Bertha Baum, dermatóloga certificada basada en Miami, FL.
Entonces, ¿por qué no potenciar esos procesos naturales? No es un mito que mientras dormimos nuestros productos de cuidado de la piel trabajan horas extras. Según la Dra. Baum, «La rutina nocturna se enfoca en la recuperación de la piel, mientras que la diurna protege contra agresores como los rayos UV y la contaminación. Por la noche, la piel absorbe mejor los nutrientes y se optimiza la acción de ingredientes como el retinol. En contraste, el cuidado diurno prioriza la protección con antioxidantes y protector solar. Ambos son esenciales, pero el enfoque nocturno es crucial para combatir el envejecimiento y renovar las células».
Una rutina de cuidado nocturno debe estar repleta de ingredientes calmantes y antioxidantes que mantengan la piel bien hidratada y protegida. Para mí, establecer esta rutina ha sido siempre fundamental. Y con lecciones como la que comparte la Dra. Baum me siento más confiada todavía de que esos minutos de cuidados de la piel van a dar resultados.
Le pregunté a ella qué consejos nos daría para optimizar nuestra rutina de cuidado nocturno y maximizar los resultados en la piel. «La clave está en escoger ingredientes activos e hidratantes, la limpieza profunda y más importante es la constancia, en seguir la rutina de manera consistente para obtener resultados visibles a largo plazo. Y no olvidar el cuello y el escote», nos compartió.
En adelante los ingredientes que hacen de mi rutina de cuidado de la piel nocturo en noches que no uso el retinol, algo digno de copiar: