Tener la piel sensible es un reto constante, especialmente cuando se trata de encontrar productos que no causen irritación, enrojecimiento o incomodidad. Yo sé lo que te digo, pues mi piel es súper sensible y reactiva. Por eso, sé de primera mano que para quienes lidiamos con este tipo de piel, es clave seguir una rutina que sea suave y efectiva a la vez; es decir, que nos ayude a cuidar nuestra piel y combatir los signos de la edad, manchas, ojeras y otras condiciones cutáneas, pero sin causar molestias.
Y aunque hoy en día existen muchísimos productos etiquetados como «para piel sensible», eso no siempre significa que funcionen para ti. Lo que a una persona le va bien, a otra le puede causar una reacción. Por eso es tan importante aprender a escuchar tu piel, a identificar qué ingredientes te causan reacciones y entender qué necesita realmente tu piel y que no.
Para ayudarte a diseñar una rutina efectiva pero gentil para tu cutis, consultamos con la Dra. Rocío Mandry-Pagán, dermatóloga certificada con práctica en Guaynabo, Puerto Rico, quien nos compartió sus mejores consejos para cuidar la piel sensible sin sacrificar resultados.
1. Escucha a tu piel
El primer paso, según la experta, es prestar atención a cómo reacciona tu piel, pues, aunque la etiqueta diga que un producto es apto para piel sensible, cada persona es diferente. Por eso, es importante observar las reacciones y ajustar la rutina según las señales que da la piel.
«Yo siempre le explico a mis pacientes que tu cuerpo te habla, tu piel te habla. Si tú usas un producto que dice ‘sensitive skin’ y a ti te arde o te enrojece la piel, ese producto no es para ti. A lo mejor hay un ingrediente entre los 10 que contiene ese producto que no le va a tu piel. Deja que tu cuerpo te dé las indicaciones también», recomienda la doctora.
2. Solo usa productos diseñados para pieles sensibles
Buscar fórmulas suaves y sin fragancia es una buena forma de comenzar a descubrir qué productos le van a tu piel y cuáles es mejor dejar de usar. «Empieza buscando en esa gama de productos para piel sensible», aconseja la Dra. Mandry-Pagán. Por ejemplo, busca limpiadores sin ingredientes abrasivos, cremas hidratantes ligeras, y opta por productos sin fragancias para minimizar las reacciones.
3. La hidratación es clave
Otro consejo que nos comparte la dermatóloga es humectar la piel siempre. Independientemente del tipo de piel, mantener la barrera cutánea hidratada es fundamental para conservar el cutis saludable y evitar las arrugas. Una piel bien hidratada no solo luce más saludable, sino que también responde mejor a los tratamientos.
4. Introduce productos activos con cuidado
¿Tienes piel sensible pero quieres incorporar retinol, vitamina C u otros activos? Puedes hacerlo, pero con precaución. «Si uno tiene piel sensible pero quiere hacer algún tipo de tratamiento antienvejecimiento, y dice ‘es que no los puedo usar porque me dan reacción’, yo les digo: ponte primero siempre un humectante. No tiene que ser algo pesado, un suerito con ácido hialurónico es excelente», aconseja.
5. Rutina para minimizar la irritación
- Lava tu rostro con un limpiador suave para piel sensible, sin ingredientes abrasivos.
- Aplica primero un humectante ligero.
- Espera a que se absorba.
- Luego aplica una capa fina del tratamiento activo que quieras, como retinol, vitamina C u otro producto antiedad.
La Dra. Mandry-Pagán recomienda no usar esos tratamientos antiedad a diario, sino empezar una noche así, una noche no; y aumentar la frecuencia si tu piel lo tolera. De esta manera, vas creando tolerancia al producto. «Si tú tienes piel sensible pero logras usar retinol tres noches a la semana, eso es lo que tu piel necesita. No necesitas aplicarlo siete días. Usarlo así va a tener ciertos efectos positivos para tu piel y tus manchitas, a diferencia de no usarlo nunca por miedo a que te irrite. Aplicándolo poco a poco y sobre la crema humectante, vamos creando cierta tolerancia a esos productos», asegura la experta.