EL HITO: Cumplir 40 años
MI TRATAMIENTO: CoolSculpting debajo de la barbilla e inyectables
MI MÉDICO: La dermatóloga Dr Janet Allenby, de Delray Beach, FL.
Es vergonzoso admitir la ansiedad abrumadora que me producía cumplir 40 años. Me considero afortunada por tener uno de esos rostros de Dorian Gray que, en su mayor parte, ocultan mi verdadera edad. Pero a medida que se acercaba mi cumpleaños, la mera idea de cumplir 40 me estresaba tanto que no podía evitar obsesionarme con ella. No importa cuántas veces jugara a hacer la pregunta «¿Cuántos años crees que tengo?» cuando conocía a alguien nuevo. Ni todas las 28 o 29 respuestas del mundo podrían haber evitado que me obsesionara con las líneas de mi sonrisa cada vez que me miraba al espejo. Si a eso le sumamos un trabajo muy centrado en la estética y la popularidad de los filtros alisadores de la piel, antes de darme cuenta estaba sumida en una crisis de mediana edad autoinducida. En lugar de comprarme el típico coche deportivo rojo cereza, llamé a mi dermatólogo.
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QUITAR + AÑADIR
La Dra. Janet Allenby me aseguró que no necesitaba que me hicieran nada, pero comprendió perfectamente que mis zonas de preocupación eran cada vez más visibles para mí, aunque no lo fueran para nadie más. Y aunque yo había ido a su consulta completamente centrada en las líneas de mi sonrisa, ella me señaló que la grasa pellizcable debajo de mi barbilla era en realidad la principal culpable. «Esa pequeña capa de grasa extra atrae la mirada hacia la parte inferior de la cara», explicó. «La solución no es sólo añadir volumen con relleno para levantar tus mejillas, suavizando así tus pliegues nasolabiales, sino también quitar la grasa submentoniana que te está haciendo sentir como si tu cara sucumbiera a la gravedad». Después de realizar cuidadosas mediciones con su calibrador, empezó a inyectarme Botox en la frente, Sculptra Aesthetic en el cuero cabelludo cerca de las sienes (fuera de indicación), Juvéderm Voluma en las mejillas y Juvéderm Ultra Plus en la barbilla, y luego me llevó a una de sus sillas CoolSculpting para la primera de dos sesiones de congelación de grasa.
EL CAMBIO
En un solo día, pasé de cero a sesenta. Sin haberme hecho nunca más que una limpieza facial, era como si hubiera entregado oficialmente mi tarjeta V de procedimientos cosméticos. Noté inmediatamente que mis líneas de expresión se habían suavizado y que el bótox había levantado mis cejas ligeramente, dando a mis ojos un aspecto más despierto. Mis «retoques» eran prácticamente indetectables para mis amigos y familiares, pero cada vez que me miraba en el espejo, que era mucho, me veía más suave y feliz. Unas semanas más tarde, empecé a ver la grasa caer de debajo de mi barbilla. Los resultados demostraron que la Dra. Allenby tenía razón. Reducir esa pequeña cantidad de grasa que me distraía y añadir un poco de relleno en las mejillas y la barbilla me dio ese aspecto contorneado y esculpido a lo Kardashian-Jenner. No tardé mucho en acostumbrarme a mi frente lisa, mis pómulos «más altos que los dioses» y mi mandíbula afilada como una cuchilla.
Cuando llegó mi temido 40 cumpleaños, le di la bienvenida, junto con un montón de cumplidos sobre mi look actualizado. El mejor fue el de mi padre: Me miró como si me viera por primera vez y me dijo: «¿Estás enamorada? Estás radiante». Sin dudarlo, sonreí y respondí: «Sí, lo estoy. De mi misma».
—Revisado por el Dr. Mark Jewell y por Dr. Jeanine Downie
